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Monclova, entre el silencio y el miedo al contagio

En Coahuila hay 388 casos de COVID-19, incluidos 37 decesos; tan solo en Monclova hay 201 casos

YOHAN URIBE JIMÉNEZ

Durante muchos años Monclova fue la capital de Coahuila y Texas. Es la capital del acero, una zona metropolitana que junto a los municipios de Frontera y Castaños, es la región que hace unos días ofrecía los mejores salarios en el estado de Coahuila. Ahora, Monclova es sinónimo de emergencia, de zona cero, de coronavirus COVID-19, y de un brote de contagios que dejó en evidencia una vez, la vulnerabilidad del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Y es que apenas se reponía del gancho al hígado que significó para la región el cierre del Horno número seis y los problemas que enfrenta la principal fuente de trabajo de los habitantes de la zona, cuando la renegociación de los contratos de compra de carbón de la Comisión Federal de Electricidad al estado le dio indirectamente otro golpe a la zona metropolitana de Monclova, junto con la región carbonífera; pero lo que mandó económicamente a la lona a la ciudad fue la pandemia de coronavirus.

Aunque muchos medios de comunicación, incluso internacionales, han hablado de Monclova como el municipio en el que se inició un brote al interior de un hospital, pocos han visitado al municipio tras la noticia, al menos eso comenta el propio personal del Hospital General de Zona número 7 del IMSS, donde inició todo. Un 15 de marzo, cuando sin ningún protocolo, el personal médico atendió a un conductor de tráiler que se sintió mal y presentaba problemas respiratorios, siete días después se diagnosticó con coronavirus.

Y es que a pesar de que para esa fecha ya habían casos confirmados en Torreón y Saltillo, las prisas de las atenciones propias de cualquier hospital del Seguro Social hicieron que médicos, enfermeras, camilleros y personal en general, no dimensionaran la necesidad de protocolos estrictos para evitar el contagio entre ellos mismos, así lo explica uno de los doctores que ese día estuvo de guardia, pero no resultó contagiado. Por obvias razones pide el anonimato, es uno de los cientos de trabajadores del IMSS en el país que se sintió olvidado por la institución y el sindicato.

Poco más de dos semanas después del ingreso y aislamiento del paciente número cero, el 1 de abril los médicos y enfermeros tuvieron que salir a la calle para solicitar al Gobierno federal equipo de protección para hacerle frente a la silenciosa pandemia. Incluso el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, en un inicio aseguró que el brote al interior del hospital se había dado por un medico que atendió en consulta privada a un contagiado, él mismo tuvo que salir a desmentirse más tarde.

Y es que a la fecha, en Coahuila hay 388 casos de COVID-19, incluidos 37 decesos; tan solo en Monclova hay 201 casos, de los cuales el 80 por ciento es de personal médico. Una tragedia que inició con ese paciente cero del 15 de marzo y que ha llevado a cobrarle la vida a cinco trabajadores, entre ellos el subdirector administrativo del Hospital Número 7, al director de la Unidad de Medicina Familiar Número 86, a dos doctores de Urgencias del Hospital General Número 7 y a una trabajadora social del mismo centro de salud del IMSS.

"El primer acontecimiento al que nos enfrentamos en Monclova fue la falta de insumos para el personal médico, y a pesar de que son instituciones de salud que administrativamente no están ligadas al municipio, el personal que allí trabaja es de nuestra ciudad, son nuestros vecinos, familiares, y no les podíamos dar la espalda", explica Alfredo Paredes, alcalde de Monclova por el partido Acción Nacional.

"Jurídicamente el municipio no tiene relación en el área de salud, sin embargo nosotros tenemos que entrarle, comprar insumos, estar en comunicación con los doctores, estar al día, porque no queremos que se vayan más paisanos al cielo", comenta el alcalde, quien nos muestra prácticamente todas la obras públicas paradas, los recursos se fueron íntegros al combate de la pandemia.

Para el gobernador del estado, Miguel Ángel Riquelme, Monclova es el foco amarillo en materia de contagios en la entidad, razón por la que su administración se vio obligada a tomar medidas y acciones inmediatas para controlar los contagios, porque el principal problema que tuvieron en la región fue que la mayoría de los contagios se presentaron entre personal de Salud.

DE CAPITAL DEL ACERO A CAPITAL DEL SILENCIO

A pesar de ser llamada la Wuhan del norte de México, el retrato de Monclova dista mucho de las imágenes desérticas de lo que fue durante meses la ciudad china donde surgió el COVID-19. Las principales avenidas de la ciudad y plazas comerciales se ven tapizadas de pancartas que invitan a la ciudadanía a permanecer en casa. Los comercios en su mayoría lucen cerrados y mucha gente que camina en la calle luce como si tuviera prisa de llegar a su destino y no se quita el cubrebocas de la cara.

Del emblemático monumento a Francisco I. Madero que se encuentra en el cruce de los bulevares Harold R. Pape y Francisco I. Madero, una lona invita a otra revolución, una por la supervivencia de los monclovenses: "Quédate en casa hoy para que mañana no nos falte nadie", la imagen resume en gran parte lo que se vive en la región centro de Coahuila.

La ocupación hotelera bajó un 95 por ciento y al hotel que se encuentra precisamente frente al hospital número 7 del IMSS, donde empezó todo, solo ingresan huéspedes, trabaja a puerta cerrada y con llave. Para entrar, el personal pide el uso obligatorio de cubrebocas, toma la temperatura del huésped e incluso sanitiza la suela de los zapatos de los visitantes.

"Este hotel es de los pocos abiertos, tiene capacidad para un centenar de huéspedes, actualmente solo hay cinco habitaciones, afortunadamente yo tengo trabajo, porque del gremio hotelero, a la mayoría de los trabajadores los han descansado, eso me asusta más que el propio coronavirus", dice una de las recepcionistas del hotel.

De noche, hasta en el bulevar Madero, uno de los más comerciales de la ciudad o en la zona de bares y restaurantes de la colonia Guadalupe, se puede escuchar la voz de alguien a metros de distancia, el COVID-19 confinó la estridencia de otros días a un silencio que por momentos resulta incómodo.

Las que sí se ven abiertas en un horario que jamás imaginaron, según nos comenta una empleada que a esas horas está cansada de decir que ya no tiene guantes, cubrebocas, ni gel antibacterial, son las farmacias, a las que se ven llegar esporádicamente clientes incluso arriba de las 11:00 de la noche.

EL MIEDO DE LA INCERTIDUMBRE

El periodista Sergio Rodríguez, corresponsal de El Siglo de Torreón en Monclova, recuerda que cuando se dio a conocer el primer contagio entre el personal médico del Seguro Social, la institución se negaba a ofrecer información, negaba lo que estaba pasando y se sentía el ambiente denso y de incertidumbre, uno por la gravedad de la situación y dos por la falta de información.

"El Gobierno del Estado en ese momento no estaba presente y el Ayuntamiento era totalmente ajeno a la situación, por lo que nuestra fuente durante días eran médicos, enfermeras, personal del Seguro Social, a quienes entrevistábamos directamente. En un momento salieron a exigir públicamente overoles, cubrebocas, guantes, equipo, porque en el momento que se confirmó el brote, se vino a saber lo que varios medios ya habíamos informado".

Sergio recuerda que varios compañeros reporteros salieron a cubrir con el temor que implica saber que la profesión exige un riesgo, pero también con la certidumbre que mantener informado al país lograría al menos en algo que se supiera la situación y se pidiera una solución al Gobierno federal.

"¿Cuál fue nuestra sorpresa? Que mientras estábamos realizando las entrevistas al personal del IMSS nos decían frente a la grabadora, y a una distancia corta 'yo tengo todos los síntomas'. Cuando se empiezan hacer las pruebas, resulta que una gran cantidad de las personas que entrevistamos corresponde a ese 66 por ciento de personal médico que está enfermo, alrededor de 80 médicos, camilleros, enfermeras y personal del IMSS", explica Sergio Rodríguez.

El periodista recuerda esos primeros días como delirantes. Varios colegas, incluyendo a su hermano que también es reportero, sintieron síntomas de coronavirus, afortunadamente cuando se les realizó las pruebas, salieron negativos. "Yo salgo a cubrir y cuando llego a mi casa me voy directo al patio, me baño a manguerazo limpio y la ropa a la lavadora, es una rutina que hago porque no quiero invitar al virus a mi casa".

EN MONCLOVA, DESDE ANTES ERAN HÉROES

Mientras que en estados como Nuevo León, Querétaro, Durango, Estado de México, entre muchos otros, las autoridades de todos los niveles tenían que establecer protocolos para prevenir la discriminación y las agresiones al personal de Salud, en la capital del acero ya los reconocían como héroes. Lo primero que llama la atención es que abajo del puente que comunica las dos torres del hospital artistas urbanos y ciudadanos hicieron un enorme grafiti con frases como:

¡Nos cuidaremos entre todos! ¡Ustedes son ángeles silenciosos! ¡Fuerza, trabajadores de la salud. Estamos con ustedes!

Y para confirmar que al menos en esta zona del país al personal de Salud lo veían diferente, una mente creativa diseñó e imprimió como pequeños posters, varias hojas con la imagen de un grupo de superhéroes. Entre Iron Man, el Capitán América, el Hombre Araña y Batman, un médico completa el cuadro, los posters llevan días pegados y se han vuelto una imagen de respeto.

Incluso en uno de los filtros entre Monclova y San Buenaventura, la enfermera Ana Cecilia, del Hospital General de Zona Número 7 del IMSS, fue discriminada verbalmente por el personal de Seguridad que se encontraba en el filtro. Las autoridades estatales y municipales se enteraron luego de que Ana Cecilia lo denunciara en sus redes sociales, de inmediato se abrió una carpeta de investigación, habrá política cero para las agresiones al personal de salud.

Luego de la sanitización del hospital, el apoyo de los ciudadanos y el crecimiento de los contagios, no hubo tiempo de exorcizar los enojos por el abandono administrativo que sufrió el personal, según explica una enfermera que hoy se dice afortunada de no haber sido contagiada. "Creo que estábamos sin equipo, pero al mismo tiempo teníamos que atender a pacientes con síntomas y quedaba claro que era nuestro deber como profesionales, eso hizo que tuviéramos que vivir el día a día", comenta.

Algo que llama la atención es que el personal de Salud menciona que se han entregado batas especiales, caretas, cubrebocas, material de sanitización, todo entregado por las autoridades del estado, el municipio o la sociedad civil a través de diferentes donaciones, sin embargo los grandes ausentes, al menos hasta la visita del director general de IMSS, Zoé Robledo, un mes después de haber iniciado la tragedia, eran las propias autoridades federales.

Frente al Hospital Número 7, donde inició todo, hay ubicada una farmacia. Las dos mujeres que trabajan en el turno de día dicen que al inicio sintieron más miedo por lo que leían en las redes sociales que por los contagios en particular. En esa farmacia todo el día entran y salen trabajadores del IMSS, sin embargo nunca cerró, ellas cuentan que nunca pensaron en dejar de trabajar y por el contrario, una de ellas remata con la sentencia: "…al contrario, hay que tratar bien a los doctores y enfermeras, porque ellos son los que nos van a cuidar en caso de que algo nos pase. Además acuérdese, joven, que en Monclovita tenemos corazón de acero". El respaldo de la sociedad civil se nota mayor que la propia vigilancia que prestan a las afueras del IMSS las camionetas y los elementos de la Guardia Nacional.

UNA PARTICULAR ZONA METROPOLITANA

Los laguneros tenemos clara la imagen de una zona metropolitana que cuenta con una división natural, el lecho seco del río Nazas que divide Coahuila de Durango; pero en el caso de Monclova y sus vecinos de Frontera y Castaños, con una población superior a los 360 mil habitantes, las divisiones son de una calle a otra, razón por la cual las mallas ubicadas para restringir el paso, sorprenden aún más que los propios filtros.

Todo el tráfico se reorientó por los principales bulevares, una medida tomada por el subcomité de Salud, en que trabajan autoridades tanto del Ayuntamiento como del Gobierno del Estado, como medida preventiva para evitar los contagios. Más adelante, el alcalde de la ciudad Alfredo Paredes, nos explicaría que las condiciones orillaron a la ciudad a adelantar las fases de la pandemia, mientras en México se anunciaba la fase 2, Monclova ya estaba en fase 3.

Para los vigilantes de una de las principales plazas comerciales que luce vacía a todas horas del día, trasladarse se está volviendo un dolor de cabeza si no se cuenta con vehículo particular, no solo porque el transporte público ha bajado considerablemente, sino porque los trayectos que antes duraban 15 o 20 minutos, ahora llegan casi a la hora, cuando se trata de un municipio a otro. Como nota a pie de página, ninguno reniega de la medida, la aplauden porque les queda claro lo que a muchos no, que el COVID-19 sí va en serio.

NADIE ESTABA PREPARADO PARA ALGO ASÍ

"Yo creo que la infraestructura médica de nuestro país no estaba preparada, que nuestros médicos, nuestras doctoras, enfermeros y enfermeras, no tenían los equipos adecuados de protección y eso los hizo vulnerables", explicó el gobernador Miguel Riquelme.

Uno de los retos más complicados, según cuenta el alcalde Alfredo Paredes, es que uno de los motivos que los llevó a adelantarse a las fases, fue que muchos de los médicos que trabajan en la mañana en el IMSS igualmente laboran en instituciones particulares en la tarde, lo que iba a multiplicar los casos en la ciudad.

"Empezaron a salir muchos pacientes que fueron atendidos por estos doctores, no en el Seguro Social, sino en consulta particular, eso nos hizo tener que tomar medidas más drásticas".

"Una situación que nos favoreció mucho es que en Monclova tenemos muchas pruebas, el Gobierno del Estado hace una prueba por cada 800 habitantes, mientras que en el país el promedio es una prueba por cada 5 mil habitantes. Además, la construcción del hospital móvil nos permitió un respiro. Acá lo importante es las medidas preventivas, si controlamos la movilidad logramos detener los contagios", explica el alcalde Alfredo Paredes.

Según el alcalde lo que quieren es estar listos por si crecen, no solo los contagios, sino por si una gran cantidad de personas contagiadas llegan a requerir hospitalización o cuidados intensivos; por ello preparan el hospital móvil, el laboratorio y han adquirido un número importante de insumos para que el personal de Salud enfrente la contingencia sin correr riesgo.

El gobernador Miguel Riquelme explicó que la estrategia para contener los casos en Monclova fue puntual y, en coordinación con las autoridades municipales, establecieron las restricciones de movilidad, el cierre de negocios no esenciales, mucho antes que la Federación, y los cercos sanitarios. Claro, Monclova es la ciudad del país con más contagios per cápita.

"Tuvimos que reorientar recursos para atender la contingencia sanitaria, para comprar respiradores, el hospital móvil, que además luego de la pandemia todos los proveedores de salud empezaron a exigir los pagos en efectivo, así que recursos que estaban dirigidos a deporte, cultura, turismo, áreas que tuvieron que suspender sus actividades, los invertimos en atender la pandemia", puntualizó el gobernador.

Riquelme comenta que si se logra controlar Monclova, Coahuila no será parte de la curva de contagios de COVID-19 en México; pero si relajan las medidas de aislamiento social, restricción de movilidad y filtros sanitarios, se puede presentar un problema mayor, razón por la cual la estrategia es una sola: la prevención a costa de todo.

Un segundo hospital móvil, con mayor capacidad que el ya instalado en la colonia Nueva Miravalle, fue anunciado por las autoridades municipales y estatales a una cuadra de la Torre B del Hospital General de Zona número 7 (HGZ No. 7) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Monclova. Será casi 50 por ciento mayor que el instalado en la colonia Nueva Miravalle frente al Hospital General Amparo Pape de Benavides, que contará con 65 camas, 15 de ellas con respiradores. El nuevo nosocomio tendrá una capacidad de 90 camas.

"Tarde que temprano nos va a pegar el gasto no previsto que se tiene que hacer en una contingencia como esta, pero se tiene que ver los mecanismos de sustitución de esos recursos, suspensión de obras, programas, varios factores. Hasta el momento hemos gastado poco más de 600 millones de pesos, nos hemos visto moderados en comparación con otros estados donde la posibilidad de contagios es mayor", agrega Riquelme.

CON LA GRABADORA APAGADA

Una doctora de ese hospital del IMSS nos comentó que no dan entrevistas y no hablan, al menos públicamente, con la prensa, porque los directivos de la institución y los representantes del sindicato le recordaron que existe una cláusula en su contrato que reza que si hablan mal de la institución su contrato se puede cancelar sin mayor justificación.

"Creo que algo positivo que va a salir de esta pandemia es que quedarán en evidencia las carencias del sector Salud en nuestro país, porque no es que trabajemos sin equipo ahora en tiempos del COVID-19, trabajamos sin equipo a diario, en condiciones precarias, y eso quedó en evidencia más que nunca. Que también hay casos donde se desaparecían los insumos y el medicamento, sí es cierto, pero esas cosas se tendrán que corregir".

Uno de los camilleros del turno de la noche, quien también se niega a dar entrevistas, prefirió contar 'off the record', que si no fuera por las autoridades estatales, municipales y algunos que empezaron a donar equipo de protección e insumos, la tragedia en Monclova sería de dimensiones inimaginables. Aunque recuerda: "gracias a que esos doctores, médicos, camilleros, hicieron su trabajo, pensando primero en el paciente y no en ellos, hoy hay más vidas que muertos.

ARREPENTIMIENTO TARDÍO

Un mes después de que la tragedia tocara las puertas de la capital del acero, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo Aburto, visitó la región y reconoció que el instituto que encabeza cometió fallas y omisiones al inicio de la pandemia.

El funcionario federal externó su solidaridad y condolencia a familiares y amigos de los trabajadores del IMSS por el personal del Seguro Social que han perdido la vida, no solo en Monclova sino de todo el país.

"Esto nunca debió haber pasado, ni en Monclova ni en ningún otro lugar. Hay que empezar diciendo que había insuficiencias antes del COVID-19, pero también hubo dilaciones, hubo errores, hubo descuidos que se tenían que corregir; en ese sentido también hubo acciones, hubo decisiones y buena coordinación con las autoridades locales, en particular con el gobernador y con el alcalde de Monclova", sostuvo Robledo.

Los bulevares más importantes y comerciales de Monclova lucen casi vacíos desde las primeras horas de la noche, luego de que las autoridades estatales y municipales decretaran la fase 3 de la pandemia en la región. (ÉRICK SOTOMAYOR)

Los bulevares más importantes y comerciales de Monclova lucen casi vacíos desde las primeras horas de la noche, luego de que las autoridades estatales y municipales decretaran la fase 3 de la pandemia en la región. (ÉRICK SOTOMAYOR)

En Monclova, a diferencia de otros estados, la población ha logrado reconocer el trabajo del personal de Salud en la región. (ÉRICK SOTOMAYOR)
En Monclova, a diferencia de otros estados, la población ha logrado reconocer el trabajo del personal de Salud en la región. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Estacionamientos vacíos, plazas comerciales cerradas, zonas de restaurantes y bares en silencio, es el panorama que se vive actualmente en Monclova, aunque a la fecha las autoridades dicen que perciben los resultados de las medidas preventivas. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Estacionamientos vacíos, plazas comerciales cerradas, zonas de restaurantes y bares en silencio, es el panorama que se vive actualmente en Monclova, aunque a la fecha las autoridades dicen que perciben los resultados de las medidas preventivas. (ÉRICK SOTOMAYOR)
La Guardia Nacional resguarda las instalaciones del Hospital Número 7 del Seguro Social. (ÉRICK SOTOMAYOR)
La Guardia Nacional resguarda las instalaciones del Hospital Número 7 del Seguro Social. (ÉRICK SOTOMAYOR)
A las afueras del Hospital Número 7 del IMSS, ciudadanos expresaron su apoyo al personal de Salud. (ÉRICK SOTOMAYOR)
A las afueras del Hospital Número 7 del IMSS, ciudadanos expresaron su apoyo al personal de Salud. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Según el subcomité estatal de Salud en Monclova, las autoridades se adelantaron a las fases del Gobierno federal luego de confirmar el brote. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Según el subcomité estatal de Salud en Monclova, las autoridades se adelantaron a las fases del Gobierno federal luego de confirmar el brote. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Las autoridades pararon las obras de remodelación de la plaza principal frente a la presidencia para reorientar los recursos a la contingencia. (ÉRICK SOTOMAYOR)
Las autoridades pararon las obras de remodelación de la plaza principal frente a la presidencia para reorientar los recursos a la contingencia. (ÉRICK SOTOMAYOR)

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